Infecciones en la columna vertebral

Los Abscesos Epidurales son infecciones que se forman en el espacio alrededor del tejido envoltorio que rodea la médula espinal y las raíces nerviosas. Estas bolsas de líquido infectado pueden rodear la médula espinal y / o las raíces nerviosas y generar una presión suficiente que afecte la función neurológica.

Los síntomas pueden ser sutiles (parestesia - una sensación como de alfileres y agujas) o debilidad leve. Se debe realizar un examen para una correcta evaluación de la asimetría, la hinchazón y las vértebras, así como también un examen neurológico cuidadoso. El recuento de glóbulos blancos y el cultivo de sangre son útiles como parámetros de referencia (no así las radiografías simples). La resonancia magnética (RM) se efectúa a fin de contar con un estudio para una evaluación adicional. En este estudio se define la compresión y el estado de la médula espinal, se determina la presencia y extensión del absceso, se realiza un diagnóstico de osteomielitis co-existente y se excluye la acumulación de líquidos drenados paravertebrales. Las indicaciones para realizar una descompresión quirúrgica de la médula espinal serían: un aumento de déficit neurológico, dolor persistente, aumento de la temperatura y el recuento de glóbulos blancos.

Por último, la frecuencia de las infecciones de la herida postoperatoria, han aumentado con el aumento del uso de instrumentación vertebral. Se han hecho evidentes las ventajas de la fijación de una columna vertebral rígida con instrumentación, con el fin de aumentar la tasa de fusión y posterior disminución de la inmovilización externa. La infección es un problema importante de la implantación de cuerpos extraños en la columna vertebral. El uso de antibióticos profilácticos ayuda, pero hay un pequeño porcentaje que no puede ser evitado.

Recientemente, se ha demostrado que, en particular, los fumadores son un grupo de riesgo de infección muy alto. El diagnóstico de infecciones post-operatorias se basa, generalmente, en el drenaje de la herida o dolor extraordinario. Otros síntomas son: temperatura elevada, formación de hematomas, eritema y edema en el sitio de la herida, velocidad de sedimentación elevada y el aumento de recuento de glóbulos blancos. Una vez que se sospecha de una infección, se indica el estudio de la herida, con el paciente bajo anestesia general, en el quirófano. Las instalaciones deben estar disponibles para el desbridamiento de la herida. Los estudios de imagen son de poco valor. El tratamiento de heridas infectadas incluye desbridamiento y antibióticos sistémicos, entre otros. Los desbridamientos múltiples pueden ser necesarios. Si la infección persiste a pesar de múltiples desbridamientos, se indica la eliminación de equipos y todos los injertos óseos. La bacteria más común es el Staphylococcus aureus. La duración de los antibióticos por vía intravenosa es variable dependiendo de la infección. Las consecuencias de una infección post-operatoria pueden ser de mucha importancia.